El impacto económico de la riada (17.800 millones) representa el 1 % del PIB anual de España, el 10 % del PIB de la Comunitat Valenciana y el 80 % del presupuesto de la Generalitat
El vicepresidente segundo presenta en Les Corts, a petición propia, el Informe de Diagnóstico del Plan de Recuperación ‘Endavant’
El vicepresidente segundo y conseller para la Recuperación Económica y Social, Francisco José Gan Pampols, ha abogado por “simplificar la exhaustiva y diversa legislación en materia de emergencia para operar de forma más ágil y eficiente ante los desastres” y ha señalado que el Plan de Prevención, Protección y Respuesta ante Catástrofes Naturales que prepara la Vicepresidencia Segunda “será el centro de toda esta revisión legislativa y normativa que tiene como objetivo mejorar la capacidad y velocidad de reacción para evitar las consecuencias ante futuros fenómenos adversos”.
Gan Pampols ha realizado estas declaraciones durante su comparecencia, a petición propia, en la Comisión de Coordinación, Organización y Régimen de las Instituciones de la Generalitat en Les Corts para explicar el Informe de Diagnóstico que servirá de base para la elaboración del Plan de Recuperación ‘Endavant’.
El vicepresidente segundo ha indicado que el Plan de Prevención, Protección y Respuesta ante Catástrofes Naturales llevará a cabo una revisión de la exhaustiva legislación existente en la actualidad en materia de emergencias, que abarca 56 normativas estales y 36 autonómicas, “lo que constituye una auténtica selva administrativa que es necesario simplificar”.
“Asimismo, este plan definirá nuevos procedimientos y establecerá la incorporación de sistemas de alertas definidos, decisivos, medibles e interpretables con claridad, para que ante una emergencia esté claro qué hay que hacer y no haya dudas”, ha apuntado el vicepresidente.
Gan Pampols ha señalado que el propósito final de esta iniciativa, así como del Plan de Recuperación Endavant, que son los dos proyectos en los que se trabaja desde su departamento, es “asegurar la recuperación económica y social de la Comunitat Valenciana” tras la riada que tuvo lugar el 29 de octubre y “minimizar riesgos futuros derivados de fenómenos naturales o artificiales adversos”.
Efectos de la riada
Durante su comparecencia, el vicepresidente ha ido desgranando datos en los que se pone de manifiesto que la riada afectó a 306.000 personas que, en gran parte, se quedaron sin electricidad y sin muchas infraestructuras básicas (gas, telefonía, etcétera), así como a 11.242 viviendas. También resultaron perjudicados los centros de salud de 42 municipios, 3 hospitales (Manises, Requena y La Ribera) y 8 centros de día, entre otros.
La dana también afectó a 141.000 vehículos, de los que aproximadamente el 80 % fueron siniestro total, y provocó que se generarán 2 millones de toneladas de chatarra, el equivalente a la cifra que produce la Comunitat Valenciana en un año.
Respecto al tejido productivo, además de los daños por el paro de la actividad y la destrucción de activos e infraestructurales, el vicepresidente ha explicado que de cara al futuro como efecto de la destrucción provocada por la riada aumentará la prima aseguradora para los negocios, se limitará su acceso a financiación por el aumento del riesgo y se sufrirán las consecuencias de esta crisis reputacional.
“Nadie invertirá cantidades significativas en la zona, si no tiene la certidumbre de que se van a atajar las causas que produjeron esta situación”, ha señalado el vicepresidente, “por eso estamos poniendo todo nuestro empeño en que la recuperación suponga una mejora de las condiciones para que lo que ocurrido no se repita”.
Gan Pampols ha animado también a explorar nuevos sectores productivos “con menos uso de mano de obra y menos riesgos asociados a eventos similares” y ha puesto como ejemplo que Japón, que tiene experiencia en estas catástrofes, es una potencia tecnológica en el mundo.
Impacto sobre el PIB
En total, el informe de diagnóstico del Plan de Recuperacion ha calculado que el impacto de la riada alcanza los 17.800 millones, una cifra que representa poco más del 1 % del PIB anual de España, el 10 % del PIB de la Comunitat Valenciana y el 80 % del presupuesto de la Generalitat.
El diagnóstico de la riada elaborado por la Vicepresidencia segunda se ha centrado en cinco pilares básicos: Personas, con especial atención a las áreas de vivienda, sanidad y salud; Infraestructuras, en concreto, de transporte, sanitarias, educativas, de telecomunicaciones, energía y ciclo integral agua, Tejido productivo, principalmente las áreas de industria, comercio, turismo, agricultura y empleo; Medio Ambiente y Tejido social, atendiendo a servicios sociales, deporte y cultura.
Causas de la catástrofe
Gan Pampols ha explicado que la catástrofe ambiental se originó por una dana que afectó a parte de la provincia con registros de lluvia históricos en la Comunitat Valenciana, que marcaron el máximo de lluvia en España por hora.
Esta situación se agravó por el contexto geográfico, sociodemográfico, así como por el entorno de sistema de la zona, que hicieron que la magnitud y las consecuencias de la tragedia fueran “descomunales”.
Así, ha señalado que el contexto geográfico tiene tres elementos determinantes que han impactado en la afección sobre el territorio: una cordillera prelitoral con gradientes de pendiente (1.000 metros de diferencia de nivel en solo 60 kilómetros) que aumentan la velocidad y la energía del agua; la antropización del suelo (ocupación y construcciones) que reducen su capacidad de absorción; y los incendios previos en la zona, que han supuesto la quema de 11.000 hectáreas desde 2015 y que han provocado la disminución de la vegetación y por tanto, el descenso de la capacidad de retención suelo y el aumento de la energía cinegética del agua.
Asimismo, el vicepresidente segundo ha explicado que el contexto sociodemográfico también ha tenido incidencia. “El alto crecimiento poblacional en una zona inundable y una alta concentración de empresas, que incrementa la exposición de infraestructuras y bienes productivos, han resultado determinantes”.
Finalmente, Gan Pampols se ha referido al entorno de sistemas caracterizado por una “insuficiente inversión en proyectos hidráulicos, una escasa formación de la población ante situaciones de alarma y a la concatenación de incidentes en sistemas de alerta, como la caída de las telecomunicaciones”.
Confluencia de factores
“El 29 de octubre se produjo una intensa concentración de lluvias en las cabeceras de ríos y barrancos de la cuenca del Poyo. La topografía de la zona amplificó el impacto de la dana, ya que gran parte de las lluvias se concentraron por encima de los 900 metros, y el desnivel intensificó la energía del agua, que llegó a alcanzar los 8 metros por segundo, derivando en el desbordamiento del barranco del Poyo, así como de otros confluyentes, incluidos el Pozalet, la Saleta, la Horteta y el de Picassent, dentro de la misma cuenca”, ha explicado Gan Pampols.
El vicepresidente para la Recuperación ha explicado que el AVE y la pista de Silla actuaron a la vez “como catalizador y retén de agua” agravando la situación. “Si bien la Pista de Silla contuvo el avance de la riada, empeoró la inundación en el arcén oeste, ya que la capacidad limitada de drenaje del mallado de transporte no permitía el desalojo de agua. Por su parte, las vías del AVE se convirtieron en una barrera de retención que impidió la circulación del agua. Por eso Sedaví se inundó dos veces”.
“Nadie pensó que pudieran llegar a bajar 2.200 metros cúbicos de agua por segundo cuando el máximo histórico era 1.000 metros inferior. Pero aquí estamos para pensar lo que nadie piensa y prever lo que nadie es capaz de prever. Por eso tenemos que mejorar los mecanismos de alarma y la coordinación de agentes de implicados, para evitar que unas consecuencias tan graves vuelvan a suceder”, ha señalado Gan Pampols.