Per: Juan A Blanchadell
Casi dos años después de la constitución del nuevo Consistorio surgido de las elecciones del 2019, la semana pasada la concejala de Compromís se ha integrado en el equipo de gobierno, volviéndose a reeditar el tripartito de la legislatura anterior. Luego de 22 meses de larga espera expiatoria del “pecado” que cometiera el cabeza de lista de Compromís que lo obligó a dimitir, acaba de acontecerlo que ya entonces intuíamos que ocurriría.
Un segundo pacto tripartito que hoy quizás no hubiese sido necesario reeditar de haberse podido continuar las conversaciones entre PVI y Socialistas que, por la gran cantidad de puntos en común en nuestros respectivos programas electorales, hubiesen podido fructificar de no haber sido por el engaño y por la ocultación de aquel “pecado” que el anterior tripartito demoró sacarlo a la luz hasta inmediatamente después de las elecciones porque, de haberlo hecho antes, los resultados electorales, sin ningún lugar a dudas, hubieran sido muy distintos.
Podemos, Socialistas y Compromís se pusieron de acuerdo en aquel engaño por ocultación, y fue esta actitud hacia el resto de las fuerzas políticas que nos presentamos a las elecciones lo que destruyó nuestra confianza con los Socialistas, lo que provocó el fin de las conversaciones y lo que imposibilitó cualquier pacto con ellos. Después de la rueda de prensa de nuestra candidata María Dolores criticándoles muy duramente por el engaño y luego de dos asambleas del PVI que contaron con un amplísimo quorum, casi por unanimidad, el PVI decidimos no pactar con un socio capaz de un engaño de tal calibre.
Esta decisión trajo consecuencias funestas para el PVI, porque cuatro de los miembros de nuestra candidatura – entre ellos el tercer concejal electo –desacatando la decisión de la asamblea siguieron maniobrando por su cuenta negociando con el candidato socialista prometiéndole intentar revertir nuestra decisión. Cuando les cortamos las alas desaparecieron del PVI tan rápidamente como meses antes habían aparecido. Por su parte, el tercer concejal electo, en lugar de devolver el acta e irse con los otros, decidió convertirse en el primer tránsfuga en la historia del PVI.
Durante estos 22 meses Socialistas y Podemos han utilizado al concejal tránsfuga para sacar adelante sus asuntos a cambio de unas pocas lentejas. Ahora,una vez Compromís tiene ya su cartapacio, el equipo de gobierno ya no necesitará del voto del tránsfuga del PVI.
Será interesante ir observandolos futuros acontecimientos para versi este nuevo equipo de gobierno reforzado, ahora que el concejal tránsfuga ya no les hace falta, va a actuar como actuó el procónsul romano con los tres lugartenientes de Viriato que lo habían asesinado, y cuando les venga a por lentejas le responden también con aquello de que “Roma no paga a los traidores”
